Los mercados de predicción están evolucionando rápidamente. Tres aspectos que han captado mi atención últimamente:

En primer lugar, la infraestructura L1 dedicada. ¿Por qué? Porque los protocolos de predicción necesitan un rendimiento y una inmediatez que las cadenas de propósito general no pueden ofrecer durante eventos de alto volumen. Hablamos de liquidaciones en menos de un segundo cuando los mercados se vuelven locos.

Luego está la integración de IA. No solo para algoritmos de creación de mercado, sino también para la verificación de resultados y la detección de fraude. Los contratos inteligentes se combinan con el aprendizaje automático: esto podría transformar la forma en que validamos eventos del mundo real en la cadena.

Y aquí viene el factor sorpresa: tokenizar las posiciones en mercados de predicción como RWAs. Imagina derivados de resultados de predicción negociándose como activos regulados. Se libera liquidez, entra capital institucional. Ahí es cuando la cosa se pone interesante.

La capa de infraestructura está que arde. Merece la pena vigilar qué proyectos logran ejecutar bien.