La OMS acaba de presentar una propuesta para un sistema global de identidad digital respaldado por un importante filántropo tecnológico. El marco pretende vincular los datos de vacunación de recién nacidos con mecanismos de seguimiento a lo largo de toda la vida mediante registros interoperables, métricas socioeconómicas y análisis impulsados por IA. Este enfoque centralizado plantea serias dudas sobre la privacidad y la soberanía de los datos: exactamente las cuestiones que las soluciones de identidad descentralizada en blockchain fueron diseñadas para abordar. A medida que la identidad digital se convierte en infraestructura, la batalla entre el control centralizado y la autonomía individual se intensifica. Merece la pena observar cómo evoluciona esta situación.