Kevin Hassett acaba de lanzar unos comentarios contundentes sobre los poderes ejecutivos en materia de comercio. Según él, la administración tiene plena autoridad para declarar emergencias y regular el comercio mediante aranceles o cuotas cuando surgen amenazas. ¿Su lógica? Si hay una situación de emergencia, necesitas herramientas para gestionar los flujos comerciales, y los aranceles junto con las cuotas son las principales palancas disponibles.

Lo especialmente interesante es su mención de un "plan de respaldo" incluso si el Tribunal Supremo se opone a su enfoque. Esto sugiere que ya han analizado posibles desafíos legales y cuentan con vías regulatorias alternativas listas para desplegar.

Para los mercados, este tipo de flexibilidad en la política genera incertidumbre. Los ajustes en los aranceles pueden cambiar los flujos de capital de la noche a la mañana, afectar los beneficios empresariales en todos los sectores y alterar el apetito de riesgo tanto para los activos tradicionales como para los digitales. Merece la pena seguir de cerca cómo evoluciona esta situación.