El sector de las stablecoins ha mostrado dos señales recientes que vale la pena seguir.

La primera es que la regulación de las stablecoins en Hong Kong finalmente está en marcha. Las normativas que estuvieron en pausa durante más de medio año ahora entran en una fase de implementación concreta. Según informes de medios locales, se espera que las primeras licencias para stablecoins se otorguen a principios de 2026. Para todo el sector, esto no es un asunto menor — al menos demuestra que la regulación no será simplemente una prohibición drástica, sino que buscará establecer umbrales y construir un marco controlado.

Pero hay que aclarar que, en el corto plazo, esto es más una elevación de las expectativas del mercado; los proyectos que realmente podrán beneficiarse serán aquellos con una base de cumplimiento real y que puedan aplicar en escenarios de negocio concretos. Áreas como fintech, pagos transfronterizos y liquidaciones regulatorias podrían beneficiarse, pero los proyectos que solo siguen la tendencia sin fundamentos sólidos, son otra historia.

La segunda señal proviene de las acciones del banco central. En la víspera de Navidad, el banco central, en colaboración con otros ocho ministerios, aclaró su plan para promover el yuan digital en pagos transfronterizos y liquidaciones internacionales. Ya están realizando pruebas piloto de uso transfronterizo con países como Singapur, Tailandia, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. ¿Qué significa esto? Que en el futuro, las liquidaciones transfronterizas podrán realizarse directamente con yuan digital, con mayor velocidad, menores costos, mayor seguridad y respaldo de la confianza del banco central.

Al juntar estas dos noticias, se puede entender por qué la estructura del mercado está cambiando silenciosamente. En comparación, USDT tradicional está enfrentando cada vez más presión regulatoria y desafíos de confianza; el entorno del mercado ya no es el mismo de antes. La competencia en el mundo de las stablecoins está entrando en una nueva etapa.