Muchas personas entran en el mundo cripto y en unos días ya sueñan con ganar lo suficiente para pagar su primera cuota. Quiero aconsejarte que te calmes primero.

La semana pasada, un seguidor se quejaba en el chat, diciendo que compró 3 "criptomonedas con potencial" por impulso y en una semana su cuenta perdió un 60%. Ahora se arrepiente cada noche. Este tipo de cosas se repiten cada año: innumerables novatos caen en la trampa de la "fantasía de enriquecimiento rápido". La verdad es que el mercado de criptomonedas nunca ha sido un lugar de azar; quienes realmente ganan dinero no dependen de la suerte, sino de una lógica fundamental que la mayoría pasa por alto.

**¿Realmente sabes qué estás comprando?**

Muchas personas eligen criptomonedas de dos maneras: mirando los gráficos de velas y siguiendo la que sube más rápido. ¿En qué se diferencia esto de apostar a cara o cruz en un casino? En nada. ¿En qué radica el valor real de los activos cripto? En una sola palabra: sostenibilidad del consenso. Pero aquí hay una trampa que evitar: no se trata de ese "consenso" impulsado por influencers o por hype, sino de un valor real sustentado por tecnología, ecosistema y usuarios, que forma un triángulo de soporte.

Por ejemplo. Aquellas criptomonedas que han resistido varias fases de mercado bajista y aún permanecen firmes, no son valiosas porque suben rápido, sino porque realmente resuelven un problema central — por ejemplo, los puntos débiles en la transmisión de valor descentralizada. Este tipo de activos atraen a desarrolladores y usuarios de todo el mundo, formando un ecosistema en ciclo positivo. En cambio, las monedas que aparecen de la noche a la mañana y desaparecen rápidamente, o no tienen acumulación tecnológica, o su ecosistema está en construcción a medias. El "consenso" en estos casos suele ser solo una manipulación de fondos, una burbuja especulativa. ¿Cuánto puede durar? La caída es solo cuestión de tiempo.

La diferencia está aquí. Haz una evaluación sencilla: ¿el activo que compras resuelve algún problema real? ¿Hay una comunidad de desarrolladores que lo mantenga? ¿El ecosistema crece o se está reduciendo? Si no puedes responder a estas preguntas, quizás deberías ser más cauteloso.