Los detalles más aterradores del caso de Lan Zhanfei, que al pensarlo dan auténtico miedo:

1. Infiltrados. Desde la aerolínea hasta la recepción de un hotel cinco estrellas, todos estaban sobornados. A medianoche, a las 12, los secuestradores entraron directamente a tu habitación con la tarjeta. Mientras dormías, ya tenías dos cuchillos en el cuello.

2. Métodos. No son simples matones que solo quieren dinero; son auténticos “demonios” profesionales. Para evitar que él llamara a la policía, incluso recolectaron huellas dactilares, fluidos corporales e incluso semen, amenazando con fabricar un falso caso de “violación” para contraatacar. Estos métodos de contrainteligencia y control de la víctima son aún más sucios que los de las películas.

3. El cabecilla, además, era chino. “Ver a un paisano y recibir una puñalada por la espalda”. Estos secuestradores incluso sabían con medio año de antelación que él iría a la Antártida, y lo esperaron en Ciudad del Cabo como una trampa perfecta.

Sudáfrica ciertamente es peligrosa, pero la experiencia de Lan Zhanfei es un recordatorio para todos los que aman viajar al extranjero y publicar su ubicación en redes sociales:
No sobrestimes la supuesta seguridad, y mucho menos subestimes la maldad humana. Especialmente para los hermanos del mundo cripto.

Que no le haya pasado nada ya es tener muchísima suerte. Cuando salgas fuera, recuerda ser discreto. Y si viajas al extranjero y por desgracia te encuentras con un desconocido que habla chino y se muestra demasiado amable, mantente alerta.