A las dos de la madrugada, el móvil vibraba tanto que casi se cae de la mesilla. El grupo estaba en llamas, y Chen envió una serie de mensajes de voz, con la voz temblorosa: "Se acabó, por un error de mi mujer, los tres millones para la universidad de mi hijo se han perdido..."

No respondí de inmediato, primero pregunté: "¿Cómo guardaste la frase de recuperación? ¿En el móvil o en el ordenador?" Al otro lado hubo un largo silencio, y luego una voz aún más desesperada: resulta que antes de irse de viaje, Chen, preocupado de que su esposa no supiera usar la wallet, hizo una captura de las 12 palabras, la marcó, la empaquetó y la envió al grupo familiar, además de grabar un vídeo detallado con las instrucciones. Resultado: al hacer una transferencia de madrugada, el saldo se dividió en 7 transacciones y desapareció por completo. El servicio de atención al cliente de la plataforma solo dijo: "Operación realizada por el usuario, no es posible recuperar los fondos".

Llevo seis años en este sector y he visto más de veinte tragedias como esta. Muchos se pasan el día mirando el precio de las criptos sin pestañear, pero son increíblemente descuidados con la seguridad más básica. Hoy os dejo tres reglas de oro: los principiantes debéis grabarlas a fuego; son más útiles que cualquier análisis técnico.

**Regla de oro 1: la frase de recuperación debe estar aislada físicamente; usar dispositivos electrónicos es como regalar tu dinero**

La frase de recuperación es la llave maestra de tus activos. Imagina que guardas tres millones en efectivo en una caja fuerte y luego publicas una foto de la llave en tus redes sociales. ¿No es absurdo? Pues hay gente que guarda la frase en las notas del móvil, y tras perder el teléfono, les vacían 2,6 millones en 24 horas; otros la guardan en la nube, y cuando les hackean la cuenta, pierden todo al instante.

Las estadísticas del sector son demoledoras: el año pasado, el 73% de los casos de robo de activos se debió a guardar la frase de recuperación en formato digital. Móvil, ordenador, nube, esos lugares “cómodos” que piensas que...