1. Por favor, créelo: la vida realmente puede aclararse de repente en algún momento. Debes comer bien, dormir tranquilamente, mantener tu habitación ordenada y concentrarte en aquello que amas: cultiva tu vitalidad con esmero, haz que rebose energía y fuerza por todo tu ser. Cuando irradies ese espíritu brillante y positivo, descubrirás que en cada instante de la vida hay innumerables fuerzas que te impulsan hacia arriba.

2. La capacidad determina la velocidad a la que avanzas, pero la integridad determina hasta dónde puedes llegar. Nan Huaijin ya lo dijo: “Hay tres errores fundamentales que una persona no debe cometer: el primero es tener poca virtud y mucho poder; el segundo, tener poca inteligencia pero grandes ambiciones; el tercero, tener poca fuerza y asumir grandes responsabilidades.” No envidies la prosperidad de los demás, porque es el fruto de árboles plantados con gran virtud; si tu moral no es suficiente, aunque te caiga la suerte del cielo, solo te traerá problemas.

3. La mejor convivencia entre marido y mujer no consiste en compartir exactamente la misma visión del mundo, sino en no discutir por todo, no ser tacaños con el dinero y no recurrir al silencio tras una pelea. Si quieres ahorrar para vivir con tranquilidad, él no malgastará; si él quiere luchar por su carrera, tú mostrarás más comprensión. En el día a día colaboran, resuelven los conflictos cara a cara, no sacan trapos sucios del pasado ni recurren a la violencia silenciosa. Las parejas realmente compatibles no carecen de diferencias, sino que saben ponerse en el lugar del otro y transformar el "yo" en "nosotros". Aunque la vida sea sencilla, cada día se vuelve más cálido: esa es la imagen más conmovedora del matrimonio.