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¿Alguna vez has pensado que la historia de Bitcoin podría estar a punto de reescribirse?

Recientemente, Musk soltó una frase contundente: "La capacidad de generación eléctrica será la moneda del futuro". Jensen Huang remató: "¿Bitcoin? Eso es energía que cabe en el bolsillo".

Dos gigantes del mundo de la IA, curiosamente y sin ponerse de acuerdo, han arrancado la vieja etiqueta de "oro digital" de Bitcoin y le han puesto una nueva: "moneda energética".

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¿Por qué merece la pena reflexionar sobre esto?

**La electricidad es dinero**
En esta era de auge desenfrenado de la IA, la electricidad escasea. Quien tenga suficiente energía en sus manos, tiene el poder de decisión.

**Bitcoin se convierte en mensajero de energía**
Centrales hidroeléctricas en Noruega, placas solares en Arabia Saudí... La energía generada puede empaquetarse a través de Bitcoin y enviarse directamente al otro lado del mundo.

**La solución definitiva para la compensación transfronteriza**
El comercio energético internacional siempre ha sido complicado, pero ahora tenemos a Bitcoin como capa de protocolo que no necesita intermediarios.

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Pasar de ser una herramienta de reserva de valor a un activo subyacente no es simplemente una evolución conceptual.

Cuando la moneda empieza a acercarse a la energía, Bitcoin se sitúa justo en ese cruce de caminos.

¿Estás siguiendo el ritmo de esta nueva narrativa?