Diez años en este sector y aquí está lo sorprendente: hemos resuelto el escalado, hemos construido protocolos increíbles, hemos lanzado innumerables dApps. Pero pregunta a cualquiera que intente incorporar a usuarios normales y te contará la misma historia: todo se viene abajo en la identidad.

Estamos tan centrados en lo atractivo—soluciones de capa, optimizadores de rendimiento, la próxima gran cadena—que nadie quiere admitir que los cimientos siguen siendo inestables. No puedes traer usuarios reales on-chain cuando la pregunta más básica sigue sin respuesta: ¿quién eres y cómo lo verificamos sin recrear la pesadilla de vigilancia de Web2?

Ya no es un problema técnico. Es un problema de prioridades.