Hace unos años, tenía un compañero que todos los días presumía en la oficina de sus ganancias de inversiones: ganaba más de mil al día.

Viendo cómo esos números subían, cada vez se volvió más arrogante, hasta que finalmente metió en la plataforma todos los ahorros para la jubilación que sus padres habían acumulado durante toda su vida, varios cientos de miles. Nos decía a diario que era “ganar dinero tumbado”, que iba a jubilarse antes de tiempo.

¿Y el resultado? La plataforma explotó.

Después de eso, cuando volví a verlo, era como si le hubieran cambiado el alma. Aquel tipo sonriente que hablaba con todos sobre sus ganancias había desaparecido por completo. En la oficina siempre iba cabizbajo, en silencio, con la mirada perdida.

Detrás de grandes beneficios hay grandes riesgos; esta frase la hemos escuchado mil veces, pero cuando realmente te golpea, ya es demasiado tarde. El dinero para la jubilación de los mayores, ese dinero de vida o muerte, se ahorró céntimo a céntimo.