¡Demasiado increíble! A finales del mes pasado, en cierto lugar ocurrió un caso de secuestro dirigido a un KOL del mundo cripto. La víctima fue engañada y perdió 170.000 USDT, lo que equivale a unos 5,5 millones de dólares taiwaneses. Todo el modus operandi fue como de película, pero sucedió de verdad.

La historia es así: un bloguero que se dedica a las criptomonedas solía compartir sus experiencias de trading en internet. Un "fan" interactuó con él durante mucho tiempo, mostrando una actitud muy sincera y expresando en varias ocasiones su deseo de aprender técnicas de trading en persona. El bloguero pensó que el fan era muy sincero y aceptó.

La noche del 29 de noviembre, ambos quedaron en verse en una cafetería. Hablaron durante casi una hora y el ambiente era bastante bueno; el bloguero no sospechó nada. Al final, esa persona dijo que tenía un regalo en el coche y quería entregárselo, así que el bloguero le acompañó al aparcamiento —la trampa estaba ahí.

Al llegar al aparcamiento, de repente salieron dos personas de entre los arbustos. Entre los tres atacaron al bloguero, lo golpearon y le rociaron gas pimienta, lo metieron a la fuerza en el coche y lo llevaron a las afueras de la ciudad. Le obligaron a vender todas las criptomonedas de su móvil y finalmente transfirieron los 170.000 USDT. Tras conseguirlo, abandonaron al bloguero en el aeropuerto y huyeron.

Por suerte, la policía actuó con rapidez y, tras revisar las cámaras de seguridad, capturó a dos personas en un día, de 32 y 31 años, que ahora están detenidas por delitos de privación de libertad, robo y lesiones.

La verdad, esto es una llamada de atención para todos los que se dedican a las criptomonedas: hay que tener mucho cuidado al quedar en persona con gente conocida por internet, especialmente cuando hay activos de por medio. Los lugares públicos no son absolutamente seguros; los estafadores pueden llevarte a sitios apartados para actuar. No guardes demasiados activos en hot wallets en el móvil; utiliza más hardware wallets o la custodia de exchanges. Y lo más importante: no reveles fácilmente tus posiciones —el refrán dice: "El hombre inocente es culpable solo por poseer una joya".