Mucha gente me pregunta cómo pasar de tener poco capital a gestionar una gran cuenta. Sinceramente, nunca ha sido cuestión de pura suerte. Aún recuerdo vívidamente mi dolorosa experiencia de estar totalmente invertido (all in), ser liquidado y volver a empezar de cero de la noche a la mañana. Al final, solo sobreviví porque convertí estas reglas de oro en reflejos automáticos.

Empecemos por la gestión de posiciones. Si tu capital es inferior a 100.000, ni se te ocurra entrar y salir del mercado con frecuencia; eso solo beneficia a las comisiones y perjudica tus emociones. Aprovecha una oportunidad de alta probabilidad y asegúrate la ganancia; he visto a demasiada gente con poco capital que acaba perdiéndolo todo por operar en exceso. En cuanto a posiciones a medio y largo plazo, la clave es mantener posiciones ligeras: si entras con todo de golpe y te aferras, basta un par de sacudidas del mercado para quebrar tu moral y perder la oportunidad de captar movimientos realmente grandes.

Hablemos ahora del ritmo respecto a las noticias. ¿No vendiste el día que salió una noticia extremadamente positiva? El segundo día, si el mercado abre alto, sal corriendo inmediatamente. En este mercado, lo más típico es que “la buena noticia se convierta en mala tras hacerse efectiva”. Además, antes de festivos o la publicación de datos importantes, reduce posiciones o quédate en liquidez y observa; cuando la tendencia esté clara, síguela. Es mil veces mejor que apostar a ciegas.

Los operadores a corto plazo deben recordarlo: esto es una guerra relámpago, entra y sal rápido, sin dudar. Busca puntos de entrada usando velas de 15 minutos y el indicador KDJ; es mucho más efectivo que fiarse del instinto. Si el mercado no pinta bien, ni lo dudes un segundo, sal inmediatamente; esa mentalidad de “igual aún sube” suele hacerte devolver todas las ganancias.

El stop loss merece mención aparte. Si te equivocas de dirección, asúmelo al instante; resistirse solo te hunde más. Cortar pérdidas no es rendirse, es blindar tu capital: mientras haya capital, habrá oportunidad de remontar. El mercado siempre tiene la razón; nuestro trabajo es seguirlo, no enfrentarnos a él.

Por último, el punto más fácil de ignorar: la estabilidad emocional. En este mercado, las oscilaciones del 30% o 40% espantan a la mayoría. Los que realmente ganan dinero suelen ser los que no se dejan llevar por las emociones y ejecutan su estrategia con calma.

No son teorías complejas, pero quienes logran aplicarlas ven resultados en su cuenta. El mercado nunca decepciona a quienes actúan con disciplina.