La verdad, cuando empecé a meterme en las criptomonedas, no podía pegar ojo por las noches.

No era por la emoción de ganar dinero, sino por la ansiedad de las pérdidas. ¿Perseguir las subidas y vender en pánico? Lo hice todo. Veía que $LUNA2 subía y me lanzaba de cabeza, bajaba y vendía con pérdidas, meter toda la cartera en una sola apuesta era mi pan de cada día. ¿El resultado? El saldo de la cuenta bajaba cada día, y yo me quedaba en shock.

El punto de inflexión fue una frase que me dijo un veterano: "Eso no es hacer trading, eso es jugarte la vida apostando. Si quieres sobrevivir, olvídate de hacerte rico de la noche a la mañana."

Al principio me dolió escucharlo, pero luego lo entendí: tenía que cambiar mi forma de operar.

Desde entonces, tiré por la borda todas las estrategias complicadas y me quedé solo con tres principios: diversificar, poner stop-loss y construir la posición poco a poco. ¿Suena simple? Pero funciona.

Con 100.000 euros en mano, nunca meto más de 20.000 en cada operación. Cuando llegó la subida de $ACE, todos a mi alrededor metieron todo lo que tenían, pero yo mantuve mi ritmo. Algunos se reían de mí por ser tan conservador, diciendo que así nunca remontaría.

Pero yo no tengo prisa. Prefiero hacer menos, pero hacerlo mejor y con más precisión, antes que lanzarme a cien operaciones a lo loco.

Con el tiempo, la cuenta fue creciendo poco a poco. No fue por un golpe de suerte, sino por este “método torpe” que fui repitiendo una y otra vez. Ahora, mirando atrás a las operaciones con $DENT, si en su momento hubiera actuado sin control, ya habría reventado la cuenta por segunda vez.

Lo que realmente te hace perder no es el mercado en sí, sino la impaciencia y la avaricia que no sabes controlar.

Si tú también has pasado por liquidaciones, confusión o incluso has dudado de ti mismo, recuerda esto: en el mercado cripto siempre habrá oportunidades, pero pocos son los que consiguen mantenerse firmes.

No necesitas ningún don especial, necesitas metodología y disciplina. Pasar de ser un jugador a un trader, ese camino no ha hecho más que empezar.