Últimamente he estado revisando todos los grandes grupos y un fenómeno doloroso se está volviendo cada vez más evidente: los minoristas están desapareciendo a un ritmo acelerado.

No es que la gente se haya ido, sino que han dejado de hacerse oír. Aquellos compañeros que antes repasaban el mercado a diario y se lanzaban con pasión, ahora o bien tienen sus cuentas profundamente atrapadas y eligen rendirse, o bien han perdido todo su capital y se han retirado en silencio. Ahora, los que siguen activos en el mercado son, o bien instituciones compitiendo entre sí, o bien KOLs haciendo shows de recomendaciones. Este extraño silencio hace que uno se pregunte: si realmente llega la próxima bullrun, ¿quién será el que tome el relevo?

Primero, una observación contraintuitiva: la retirada masiva de minoristas suele coincidir históricamente con zonas de suelo de mercado. Cuando todo el mundo piensa que no hay esperanza, el punto de inflexión puede estar ya en camino. En cuanto al dominio institucional, ya hemos visto este camino en la bolsa estadounidense: tras una institucionalización elevada, el mercado sigue siendo capaz de mantener un bullrun a largo plazo, y la clave está en la liquidez y el respaldo de los fundamentales.

En el mercado cripto ocurre lo mismo. No olvidemos la mayor característica de este sector: nunca faltan historias nuevas. La última vez fue DeFi y NFT, la próxima podrían ser RWA, DePIN o alguna nueva tendencia que aún no ha surgido. Cuando llegue ese momento, una nueva oleada de jugadores entrará naturalmente y el ciclo continuará.

Pero la realidad también es dura. Un mercado dominado por instituciones implica un umbral profesional más alto y una mayor volatilidad. Son expertos en apalancamiento y derivados, y sus métodos para liquidar minoristas serán aún más agresivos. El entorno de supervivencia ciertamente se está deteriorando.

Volviendo a la vieja pregunta: en el trading, ¿qué es más importante, la técnica o la mentalidad?

La respuesta está clara: sin mentalidad, por muy buena que sea tu técnica, no sirve de nada. En el bullrun lo que cuenta es la técnica y la capacidad de ejecución; en el bear market, lo que se pone a prueba es la mentalidad y la gestión del capital. En esta fase, sobrevivir es más importante que cuánto ganes. Conserva munición, mantente lúcido y espera con paciencia; cuando vuelva a soplar el viento a favor, tienes que asegurarte de seguir sentado en la mesa.

El ciclo no va a desaparecer, y los minoristas tampoco van a extinguirse, sólo se renuevan constantemente. La cuestión es: ¿cómo nos convertimos en los que sobreviven hasta el final?