El gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, ha vuelto a pronunciarse recientemente: el asunto de subir los tipos de interés tiene que seguir adelante. Kanetsugu Mike, el jefe de Mitsubishi UFJ, dio directamente un calendario en la cumbre financiera de Hong Kong: los tipos de interés en Japón podrían subir hasta el 1% entre 2025 y 2026.

Según Mike, la inflación en Japón realmente está repuntando y el banco central no tiene más remedio que actuar. Calcula que habrá otra subida de tipos antes de fin de año, y después otras dos en el año siguiente, llevando los tipos hasta ese supuesto “nivel neutral” del 1%. ¿Suena agresivo? Pero han hecho los números: en realidad, la deuda de las empresas y los hogares japoneses no es muy alta, así que pueden soportar esta subida de tipos.

Más interesante aún es el cambio en las empresas japonesas en estos años. Las reformas en la gobernanza corporativa han dado mucho de sí, y ahora han aprendido a valorar el retorno sobre el capital; los dividendos y las recompras han aumentado claramente. Esto ha mejorado directamente los fundamentales de la bolsa japonesa y ha empezado a atraer capital.

Pero aquí viene el problema: ahora mismo los bancos centrales de todo el mundo no van al mismo ritmo. En los años 90 iban todos sincronizados, ¿pero ahora? Japón está subiendo tipos con fuerza, mientras que en Europa y Estados Unidos están bajándolos. ¿Qué reacción en cadena provocará esta descoordinación en la política monetaria? Sinceramente, eso es lo más difícil de descifrar.