Al parecer, los estadounidenses adinerados están saturando las líneas telefónicas en este momento. Según un alto funcionario de la administración, las personas con un alto patrimonio neto no dejan de llamar para preguntar sobre la financiación de cuentas de inversión para recién nacidos.

El impulso es real. Después de que un magnate tecnológico comprometiera 6.200 millones de dólares con la causa, otros grandes donantes están haciendo cola. Se están ofreciendo voluntarios—no están siendo obligados—a dar a los niños estadounidenses “una parte del pastel” desde el primer día.

Es como un programa de ventaja financiera inicial, pero financiado íntegramente con capital privado. ¿El concepto? Preparar a estos niños con capital antes incluso de que puedan caminar. Queda por ver si esto genera equidad de riqueza generacional o simplemente es otra estrategia fiscal. En cualquier caso, los teléfonos no dejan de sonar.