Los pedidos de comida a domicilio en plena madrugada y la pantalla de operaciones parpadeando fueron testigos de mi época más dura. ¿Quién iba a imaginar que, hace unos años, dudaba si añadir carne a un menú rápido, y ahora puedo mantener la calma en medio de las tormentas del mundo cripto?

Si hago cuentas, llevo ya siete años metido en el mercado de las criptomonedas. ¿Los tres primeros? Un caso de manual de lo que no hay que hacer. Los 50.000 yuanes con los que empecé se esfumaron por completo: pisé trampas, caí en agujeros, lo perdí todo. En el peor momento, mi pareja de tres años se despidió diciéndome: "Esto no es invertir, es apostar a lo grande", y se marchó. Aquella noche, pasé horas en la azotea con el viento frío, y por casualidad evité el "gran desplome del 12 de marzo" que llevó a la desesperación a tanta gente.

Al día siguiente, abrí los ojos y revisé el mercado pensando que seguía soñando: algunos se arruinaron y desinstalaron la app desesperados; otros, apalancados, multiplicaron su fortuna más de cien veces en una noche. Yo solo tenía el olor a alcohol y la cena fría. Con el tiempo, lo entendí: el mercado cripto nunca ha sido un juego de dados. Esas historias de "multiplicar el capital pequeño por mil" suelen ser sueños tejidos por el sesgo del superviviente, con las hoces de los cazadores de novatos brillando detrás. Llegar hasta aquí, con ocho cifras en la cuenta, no ha sido cuestión de suerte, sino de cuatro "reglas de supervivencia" aprendidas con sangre y dinero real.

**Primera regla: Tras cada subida explosiva, hay un truco; no caigas en la trampa**

He visto a demasiados novatos lanzarse detrás de las llamadas "monedas cohete". Ven una subida del 20% en la pantalla y se dejan llevar por la euforia, solo para quedar atrapados en la cima nada más comprar. ¿Cómo es una tendencia alcista de verdad? Se avanza con volumen, paso a paso y de forma sólida. Si el precio sube de golpe y luego empieza a caer poco a poco, mientras el volumen de operaciones disminuye...