Los vientos regulatorios han cambiado drásticamente esta semana. La SEC básicamente ha puesto freno a lo que se estaba convirtiendo en una auténtica carrera entre los gestores de fondos, que intentaban superarse unos a otros con ratios de apalancamiento cada vez más extremos en sus ofertas de ETF. Hablamos de productos que podrían amplificar los movimientos del mercado por múltiplos desorbitados.

Mientras tanto, Invesco está haciendo sus propios movimientos—o, más bien, posponiéndolos. El gigante de la gestión de activos decidió aplazar la votación de los accionistas que habría transformado el QQQ de su estructura actual a un formato de ETF abierto. La sincronización es interesante, ¿verdad? Hace preguntarse si ambos acontecimientos están conectados, o si Invesco simplemente está interpretando el entorno regulatorio y optando por la cautela.

En cualquier caso, cualquiera que siga la evolución de los productos de finanzas tradicionales (especialmente aquellos que eventualmente podrían rozar el cripto) debería prestar atención. Cuando la SEC pisa el freno de forma tan visible, normalmente significa que han visto algo en trámite que no les gusta.