Acaba de salir a la luz una llamada significativa entre dos figuras clave de Norteamérica. Carney y Sheinbaum se pusieron en contacto para concretar detalles sobre el reciente marco bilateral que ha ido tomando forma entre sus países.

¿Qué es lo más interesante aquí? La conversación no se centró solo en el pasado. Dedicarón tiempo a trazar el camino a seguir, con la mirada puesta específicamente en las próximas negociaciones del T-MEC. Para quienes siguen los movimientos macroeconómicos, estas discusiones comerciales importan más de lo que podría parecer a simple vista.

El T-MEC—el pacto comercial que une a Canadá, México y Estados Unidos—está pendiente de revisión, y los inversores más atentos observan de cerca cómo se desarrollan estas conversaciones preliminares. Los cambios en la política comercial suelen tener un efecto dominó en los mercados de activos, incluida la cripto. Marcos regulatorios, flujos de pagos transfronterizos e incluso el sentimiento institucional: todo se ve afectado cuando las grandes economías recalibran sus relaciones económicas.

Carney, con su experiencia en banca central, aporta una visión particular a estas discusiones. Sheinbaum, gestionando la posición de México en esta dinámica trilateral, tiene sus propias prioridades. El marco que están construyendo podría marcar el tono de la evolución del comercio norteamericano en los próximos años.

Aún no hay anuncios dramáticos, pero el hecho de que ya se estén sentando las bases dice mucho sobre el calendario y la seriedad de lo que está por venir.