Estos días he notado un fenómeno interesante: en China, siete departamentos acaban de emitir conjuntamente una advertencia sobre los riesgos de las criptomonedas, mientras que al otro lado del océano, en Estados Unidos, también están restringiendo la participación de sus ciudadanos en el comercio de criptomonedas, y varias plataformas directamente ponen en la lista negra las IP de ciertas regiones.

A simple vista, todo parece un “endurecimiento”, pero si lo analizamos a fondo, los caminos son completamente diferentes.

La lógica en China es bastante directa: la naturaleza descentralizada de las criptomonedas entra en conflicto de forma inherente con el marco regulatorio financiero actual. No es un problema técnico, sino de compatibilidad de sistemas. En cambio, en Estados Unidos parece más bien que “todavía no tienen claro qué hacer”: ¿cómo se recauda impuestos? ¿Qué departamento lo regula? ¿Son valores o mercancías? Todas estas cuestiones básicas siguen siendo motivo de disputa interna. Cuando lo tengan claro internamente, quizá su actitud cambie.

Así que no te precipites solo por el ruido mediático. El riesgo regulatorio no es ninguna broma.

El mercado siempre estará ahí, pero si pierdes el dinero, se pierde de verdad. Antes que envidiar a otros por ganar dinero rápido, mejor entiende bien las reglas del juego. Al fin y al cabo, en el juego de las criptomonedas, es más importante sobrevivir mucho tiempo que correr rápido.