¿Solo tienes unos cientos de USDT en la cuenta y ya crees que no tienes futuro? No te dejes atrapar por ese pensamiento.

Hablemos claro desde el principio: tener poco capital no es una desventaja, al contrario, es tu mayor ventaja competitiva. Vas ligero, las caídas no te tumban y el coste de equivocarte es tan bajo que puedes ignorarlo. Muchos de los que finalmente lo logran empezaron con menos de lo que crees.

¿Dónde está el problema?

Querer multiplicar por diez 100 USDT en una noche no es trading, es una carga suicida. Si el mercado no acompaña, tu capital desaparece en un instante. He visto a demasiados novatos ponerse aún más nerviosos por tener poco dinero: no se atreven a poner stops, no establecen límites y, cuando se descontrolan, encadenan pérdidas.

Les enseñé a cambiar de estrategia:
Divide el objetivo en partes. Si tienes 100 USDT, no sueñes con llegar a 1.000 USDT de golpe, apunta primero a 300 USDT. En cada ronda, asegúrate de ganar entre un 30 y un 50 por ciento, retira las ganancias y sigue operando con el resto.

Es como construir un muro, ladrillo a ladrillo. Más lento, sí, pero más sólido.

Yo también lo hago así: la cuenta principal sigue la tendencia general, una secundaria va a por movimientos cortos y otra parte la uso para asegurar beneficios. No es complicado, pero la cuenta crece de forma estable. El secreto no es apostar a lo grande, sino sobrevivir lo suficiente para dar varias vueltas y dejar que el mercado te ayude a ganar dinero.

Muchos no logran multiplicar su cuenta, no porque falten oportunidades, sino porque no tienen un sistema completo. Olvídate de cuentos de riqueza rápida y de esperar golpes de suerte. Entrena tu sentido del ritmo y controla el riesgo; con poco capital también puedes abrirte camino.

Cuando completes varias vueltas así, tu capital crecerá por sí solo. Lo que realmente te cambia la vida no es la suerte, sino una metodología que puedas replicar.