La imprevisibilidad global de las grandes potencias está remodelando la forma en que las naciones se posicionan económicamente. Cuando los cambios de política se convierten en la norma, no debe sorprender que más países diversifiquen sus alianzas: algunos giran silenciosamente hacia el Este, mientras que otros juegan a dos bandas. Esta partida de ajedrez geopolítica tiene implicaciones reales para los flujos de capital, la dinámica de las monedas de reserva y, en última instancia, la adopción de las criptomonedas como alternativa neutral. A los mercados no les gusta la incertidumbre, pero se adaptan rápidamente.