El mundo de los contratos no es para cualquiera.

Después de ver tanto, ya no me apetece fingir.

El trading con contratos, efectivamente, es un camino — quien tiene cabeza puede salir adelante, pero si te falta o eres demasiado impulsivo, básicamente solo le calientas el mercado.

¿El guion más habitual para los novatos? Entrar con unos cientos o mil USDT, la mente llena de imágenes de “esta vez seguro que duplico”. Los tres primeros días, pura pasión; los dos siguientes, dudas existenciales; el último día—cuenta en cero, y el ánimo aún más por los suelos que el balance. He visto esta película infinidad de veces.

¿Y yo? También fui aquel pardillo que entró con 8.000 pavos. Varias veces estuve a un suspiro de que me liquidaran, mirando la pantalla con las manos sudando. Pero sigo aquí, y cada vez opero con más seguridad. ¿Por qué?

Porque entendí una cosa: el mercado no mata a nadie, lo que te mata es autoboicotearte.

Mira a los que se liquidan: nueve de cada diez y medio se liquidan ellos solos — abren posiciones por intuición, aumentan por cabezonería, y el stop loss es cuestión de suerte. Esa operativa nunca funciona. Lo peor: si pierdes el 90%, tienes que ganar el 900% solo para recuperar. Solo de pensarlo, se ve lo difícil que es.

Al final comprendí: aquí no gana el que más se la juega, sino el que tiene la mente más clara.

Ahora mismo uso principalmente las Bandas de Bollinger. Sí, ese indicador que todos han visto y la mayoría solo miran por encima. La apertura de bandas, las falsas rupturas, las tendencias reales… Si entiendes estos detalles, es un arma; si no, solo son líneas bailando. Con esto llegué a multiplicar mi cuenta por 30 en un mes, no es farol, fue porque el ritmo era el adecuado.

Pero el núcleo siempre es uno: **debes tener tu propio sistema.**

Pregúntate ahora: ¿tienes una lógica completa para abrir operaciones? ¿O sigues la intuición, los gritos de un grupo, o el llamado “feeling del mercado”?

Si sigues atascado en el bucle de “liquidación → recarga → más liquidación → aún más locura”, realmente deberías parar. Los contratos son, en esencia, un juego de probabilidades; si operas por sensaciones, ningún capital tapa el agujero.

Si ahora mismo estás perdiendo, estás perdido y no sabes qué hacer, podemos hablar. Tú tienes munición, yo tengo experiencia y sentido de la dirección.

Y para terminar: ¿estás dispuesto a dejar de hacer locuras y darte la oportunidad de operar con cabeza?