El banco central de Australia se reúne el próximo martes, y esta vez la cosa podría ponerse interesante.

Los últimos datos mensuales de inflación no son nada optimistas: los precios siguen subiendo. Shane Oliver, economista jefe de AMP, lo ha dicho claro: al ver estos datos, el banco central seguro que frunce el ceño. Aunque lo más probable es que no suban los tipos de inmediato, el tono del comunicado desde luego no será blando.

¿Dónde está el principal problema? La inflación es más persistente de lo esperado. Oliver señala que el banco central seguirá enfatizando las limitaciones de capacidad; en palabras sencillas: el riesgo de sobrecalentamiento económico no ha desaparecido. Si la inflación sigue sin ceder, la política de tipos habrá que reconsiderarla.

La señal más importante es que el banco central probablemente dejará un mensaje contundente: "Tomaremos todas las medidas necesarias para devolver la inflación al rango objetivo". Suena educado, pero en realidad es una forma de dejar la puerta abierta a posibles subidas de tipos el año que viene.

La actitud del mercado también está cambiando. Antes, se pensaba que el ciclo de subidas de tipos estaba cerca de su fin; ahora, la pregunta es "¿cuánto tiempo más tendremos que aguantar estos tipos altos?". Los datos mandan: empleo, salarios, IPC... si alguno no acompaña, el tono agresivo del banco central se mantendrá.

En resumen, lo más probable es que en la reunión de la próxima semana no haya cambios, pero el comunicado va a tener mucho cuidado con el lenguaje. El banco central de Australia necesita preparar al mercado: no os apresuréis a esperar bajadas de tipos; mientras la inflación no se controle, la opción de subirlos seguirá sobre la mesa.

Para los traders, el enfoque debe cambiar: ya no se trata de si "hemos tocado techo o no", sino de "cuánto durará este periodo de restricción". Una política guiada por los datos significa que cada publicación económica puede provocar una nueva valoración del mercado.