Alguien me ha escrito en privado pidiendo ver algunos casos reales de ganancias. Vale, hoy no me lo guardo más—cuarenta y cinco mil de principal en la cuenta, hoy llevo unos setecientos euros de ganancia flotante, con la posición principal apostando por DOGE.

¿Las cifras no parecen gran cosa? Pero detrás de esto hay algunos tropiezos que merecen ser contados.

Un colega que conozco lo pasó fatal hace un tiempo con el mercado. Un día vino a verme, con la mirada llena de "no me resigno pero no sé qué hacer". Me preguntó: "Tío, solo me queda este dinero, ¿qué puedo hacer?"

Le dije: "Deja de pensar en doblarlo todo el rato. Primero aclara una cosa: cómo evitar que la cuenta siga encogiendo. Si mantienes la calma, no te temblará la mano."

La primera vez que le guié en una operación, le hice entrar en varias tandas, nada de ir all-in. En medio, el mercado osciló y varias veces quiso cortar pérdidas y salir corriendo, pero le detuve: "Sigue el plan, no te pongas nervioso." Al final, no solo recuperó lo invertido en esa jugada, sino que lo más importante, empezó a entender qué es "seguir el ritmo".

Más tarde, hubo una caída de pánico en el mercado, todo el mundo hablando de vender a pérdidas. Le dije: "Mira, en momentos así a veces surge la oportunidad." Me hizo caso, probó con una posición pequeña y volvió a ganar.

Otra vez, una moneda empezó a subir de forma violenta y el grupo entero gritaba "¡entra, entra, entra!". Miré el gráfico y algo no me cuadraba, así que le dije: "Salte." Me hizo caso. A los pocos días, la moneda se desplomó a la mitad.

Así, después de varias rondas, su cuenta ha ido saliendo del pozo y ahora se mantiene bastante estable. No hay ningún truco mágico, solo hacer bien lo que hay que hacer y aguantar donde hay que aguantar.

Así que quiero decir que la verdadera "fuerza" no es ver cómo los números de la cuenta se disparan, sino ser capaz de controlar tu mano y tu mente.

Recuperar la mentalidad perdida, enderezar poco a poco una cuenta destrozada—eso es más difícil que nada y, al mismo tiempo, más útil que cualquier otra cosa.

En el mercado de criptomonedas, los que sobreviven al final suelen ser aquellos que han recibido golpes, saben lo que duele, y luego aprenden a tener paciencia esperando oportunidades y no dudan en actuar cuando toca.