El mercado nunca es un casino, solo expone cada una de tus decisiones con total claridad.

El mes pasado me hice cargo de un trader al borde del colapso, su cuenta apenas tenía 4200U. No intenté disuadirle, al contrario, luché a su lado en una batalla dura: cinco semanas después, el saldo era de 68.000U. ¿Suerte? No existe. Todo se debió a tres reglas inquebrantables que mantuvieron a raya la naturaleza humana.

En realidad, la más difícil es la tercera: seguir la tendencia. Suena a tópico, ¿verdad? Pero cuánta gente tropieza justo ahí. Se empeñan en comprar en plena caída, en ponerse cortos mientras sube, creyendo que pueden cazar el punto de giro. ¿El resultado? El mercado les enseña a base de liquidaciones lo que significa tener respeto. Ve para donde va el mercado, no luches contra la tendencia, eso no es cobardía, es la primera lección para sobrevivir.

La segunda también va contra la naturaleza humana: jamás promediar a la baja en una posición perdedora, solo aumentar la posición en las que ya dan beneficios. Al principio no lo entendía, repetía una y otra vez: "si baja, promediar reduce el coste". Le respondí directo: eso es hundirse más. Crees que salvas la operación, pero en realidad solo estás tirando buen dinero al pozo. Deja que los beneficios generen más beneficios, solo así el capital crece de forma segura.

La primera parece la más simple: nunca te la juegues con todo el capital. Si el mercado no da señales claras, entra con poco; cuando la tendencia esté clara, ve añadiendo poco a poco. Pero justo esa, el 90% no la cumple. Impaciencia, demasiada prisa. Se lanzan con todo sin confirmación, y acaban enterrándose solos.

De verdad, si él logró recuperarse no fue porque yo tenga ningún secreto: fue porque, por fin, aprendió a "aguantar" y a "esperar".

Deja de quejarte por tener poco capital o por lo difícil del mercado. Lo que siempre te ha faltado no son oportunidades, sino esa disciplina que frena tu mano, y la capacidad de ejecutar hasta el final.