Un importante banco de Wall Street acaba de emitir una previsión bastante alcista para las acciones europeas. Prevén que el STOXX 600 alcance los 640 puntos a finales de 2026, atribuyendo las medidas de estímulo fiscal como el principal motor detrás de esta proyección optimista.

¿La razón? Se espera que los responsables políticos de toda Europa implementen políticas fiscales más expansivas, lo que podría aportar un nuevo impulso a los mercados de renta variable. Vale la pena observar cómo estos vientos de cola macroeconómicos pueden repercutir en los activos de riesgo en general, especialmente mientras el dinero institucional sigue buscando rentabilidad en este entorno.

Para quienes siguen las correlaciones entre mercados, la fortaleza de la renta variable europea suele señalar un sentimiento de mayor apetito por el riesgo, algo que históricamente no ha sido irrelevante para los flujos en cripto y activos alternativos.