La senadora Lummis ha salido recientemente a pedir la abolición de los impuestos sobre Bitcoin y las criptomonedas, y la comunidad cripto está de celebración. Pero, espera un momento… ¿de verdad te crees este repentino gesto de “gran benefactora”?

**La jugada de los políticos: tus emociones = mis votos**

Un truco viejo de Washington. Lanzan el eslogan más radical y la comunidad cripto responde con retuits, likes y donaciones sin parar. ¿Que si la ley llegará a aplicarse? Les da igual. Cada vez que compartes, le estás haciendo el trabajo. Este tipo de “promesas vacías para ganar votos” es ya estándar en la política estadounidense.

**¿Y si realmente quitan los impuestos, quién se beneficia de verdad?**

No seas ingenuo, los principales beneficiados no son los pequeños inversores:

- **La entrada VIP de Wall Street**: BlackRock, Goldman Sachs y otros gigantes llevan tiempo preocupados por la carga fiscal de invertir a lo grande en criptoactivos. Ahora que se habla de eliminar impuestos, es como ponerles una alfombra roja. Crees que ahorras, pero en realidad estás despejando el camino para ser aplastado por los titanes financieros.

- **El cebo de la regulación**: La exención fiscal es solo la zanahoria; detrás vendrán requisitos KYC más duros, seguimiento de transacciones y normas estrictas contra el blanqueo de capitales. Es la típica estrategia de “primero el caramelo, luego el palo”; la libertad siempre se vende en paquete.

- **El trueque por transparencia**: ¿De verdad crees que el Estado va a renunciar a esa fuente de ingresos? La condición probable para la exención fiscal será que todas las actividades on-chain deban ser identificables y rastreables. Te dan una pequeña ventaja fiscal a cambio de tu mapa financiero completo; Wall Street y los reguladores ganan, el pequeño inversor queda expuesto.

**Desconfía de la “bondad” repentina**

Cuando los políticos empiezan a cortejar a un grupo, es porque ese grupo ya tiene valor para ellos. Has pasado de ser “jugador marginal” a “ficha política”, y las fichas, al final, siempre se tiran cuando dejan de ser útiles.

En resumen: en el juego financiero, la exención fiscal nunca es un regalo, sino la señal de que se están reorganizando los intereses. Cuando oigas mucho ruido y fanfarria, más te vale mirar qué hay bajo el escenario.