Historia del auge y caída en 294 días del Ministerio de Eficiencia del Gobierno DOGE: Lecciones de un experimento político meme

El ciclo de vida de 294 días de un experimento político meme

¿Recuerdas la foto de Musk con la motosierra? Aquella “motosierra para la burocracia”, junto con ese departamento gubernamental bautizado con el código de Dogecoin, desapareció silenciosamente tras menos de un año de ruido mediático.

Recientemente, el director de la Oficina de Gestión de Personal de EE. UU., Scott Cooper, lo reconoció públicamente por primera vez: “Ya no existe”. Se refería al Departamento de Eficiencia Gubernamental —DOGE— creado el primer día del mandato de Trump. Desde su nacimiento hasta su disolución, 294 días. Un número más que familiar para el mundo cripto, muy parecido a esos proyectos de meme coins que duran un suspiro.

Cuando el logo del Shiba Inu llegó a la Casa Blanca

El 20 de enero de 2025, Trump juró el cargo. Entre las órdenes ejecutivas firmadas aquel día apareció un nombre que hizo sonreír a los criptoentusiastas: DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental). Exacto, el mismo ticker que Dogecoin.

El movimiento de Musk fue magistral. La web oficial utilizó directamente la imagen del Shiba Inu, trasladando todos los elementos icónicos de Dogecoin. ¿Eso es un organismo oficial? Más bien un experimento social que introducía a la fuerza la cultura meme cripto en Washington.

¿La solemnidad de la burocracia tradicional? Eso no existe aquí. Musk publicó en X la famosa foto con la motosierra, subtitulada “motosierra para la burocracia”, una forma de comunicar idéntica a la que usó para promocionar Dogecoin. Cultura meme, ironía, ruptura de lo convencional: esta fórmula, habitual en el mundo cripto, fue llevada ahora al escenario político.

A los jóvenes les encantó. Los nativos digitales lo entendieron perfectamente. El problema es que en Washington no se conversa en Discord.

Estilo Silicon Valley en el sistema federal

¿Cómo es un departamento gubernamental tradicional? Traje y corbata, jerarquías claras, burocracia interminable. ¿Y DOGE?

Musk fichó a unos 50 jóvenes veinteañeros, apodados “niños soldado”. Sudaderas, vaqueros, Red Bull, y deambulando por las distintas agencias federales. En tres semanas, infiltraron a sus agentes en los departamentos clave, mapearon los flujos de fondos y empezaron a auditar contratos.

La IA se convirtió en su principal arma. Subvenciones, viajes de empleados: todo digitalizado y analizado por IA para detectar derroches y oportunidades de optimización. ¿Oficinas gubernamentales vacías? Rescindidas de inmediato, ahorrando 150 millones de dólares.

“Actuar rápido y romper moldes”: el mantra de las startups de Silicon Valley se instaló en Washington sin filtro. Se exigió a los empleados federales entregar informes semanales. ¿No los entregas? Despido. ¿Ausencia? Baja administrativa.

Este enfoque causó un terremoto en el sistema federal. Al fin y al cabo, esto no es SpaceX ni una fábrica de Tesla.

La promesa de 2 billones y la realidad de 160.000 millones

Al principio, Musk prometió recortar 2 billones de dólares del presupuesto federal. Ramaswamy fue más allá y afirmó que eliminaría al 70% de los empleados federales.

¿Te suenan estas cifras? Son las típicas de los whitepapers cripto: grandes promesas, números asombrosos, titulares garantizados.

La realidad fue un baño de humildad. DOGE aseguró haber recortado unos 160.000 millones, que no es poco, pero ni siquiera llega a una quinta parte de lo prometido por Musk. Entre el relato grandilocuente y la ejecución real se abrió una brecha enorme.

Más irónico aún, el Comité Permanente de Investigaciones del Senado publicó un informe señalando que DOGE “desperdició” más de 21.000 millones en seis meses. Programas de préstamos del Departamento de Energía congelados: 263 millones de dólares de intereses perdidos; la Agencia de Desarrollo Internacional paralizada: alimentos y medicinas por valor de 110 millones de dólares pudriéndose en almacenes.

El departamento que debía ahorrar acabó siendo un agujero negro de gasto. Esta vuelta de guion no es ajena al mundo cripto.

14 estados denuncian, Musk se va

Las prácticas de DOGE despertaron la ira general. Los fiscales generales demócratas de 14 estados demandaron a Musk y Trump, acusándolos de violar la cláusula de nombramientos de la Constitución. DOGE afrontó cerca de 20 demandas, incluyendo violaciones de privacidad y acceso no autorizado a datos sensibles.

En mayo de este año, Musk anunció su dimisión y se enfrentó públicamente con Trump por cuestiones legislativas. En verano, el personal de DOGE se fue marchando, los controles de seguridad desaparecieron y los distintivos oficiales se esfumaron.

No fue hasta este mes que Cooper lo confirmó por primera vez: DOGE ya no existe, sus funciones han sido absorbidas por la Oficina de Gestión de Personal. También se levantó el congelamiento de contrataciones en todo el gobierno.

¿Y el equipo? Algunos encontraron nuevos puestos dentro del gobierno. Joe Gebbia, cofundador de Airbnb, dirige ahora el Estudio Nacional de Diseño; Zachary Truell es el nuevo CTO del Departamento de Salud. El experimento terminó, pero parte de sus ideas fueron asimiladas por la estructura tradicional.

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, comentó en X: “DOGE luchó contra el pantano, pero el pantano ganó”. Un experimento político meme que terminó con el triunfo de la estructura tradicional.

La economía simbólica infiltra la política: lecciones

Aunque DOGE se retiró antes de tiempo, marcó una tendencia: la fusión entre la cultura cripto y la política es ya irreversible. En el futuro veremos más organismos y modelos de gobernanza con ADN “criptonativo”.

La gran cuestión es: ¿cómo combinar el espíritu innovador del mundo cripto con la estabilidad de la gobernanza tradicional? Hace falta atractivo simbólico, pero también eficacia real.

El relato puede forjar consenso, sin duda. Pero el relato sin base tecnológica y sin creación de valor es solo un castillo en el aire. Cuando la fiebre del símbolo meme se apaga, lo que permanece en el sector son siempre las tecnologías y proyectos que resuelven problemas reales.

Los 294 días de DOGE son una lección para el mundo cripto: por muy potente que sea el relato, siempre necesita estar respaldado por hechos.