La evolución de la política monetaria de la Reserva Federal hacia 2030 muestra una orientación cada vez más acomodaticia, reflejando un giro estratégico en las prioridades económicas. El gobernador de la Reserva Federal, Stephen Miran, subrayó esta tendencia en noviembre de 2025, afirmando que los datos económicos recientes deberían guiar a los responsables hacia una dirección más acomodaticia, especialmente ante unas perspectivas de inflación controlada que ya no justifican condiciones monetarias restrictivas.
La Fed inició su ciclo de relajación en 2025 con una rebaja de tipos de un cuarto de punto, fijando el rango objetivo de los fondos federales en 4,00%–4,25%. Esta decisión señala una recalibración relevante del enfoque de política, dando mayor peso a los desafíos del mercado laboral frente a la inflación. El giro de septiembre de 2025 evidenció esta transición, incorporando en las previsiones del FOMC varios recortes adicionales de tipos durante el periodo proyectado.
Los factores adversos derivados de las presiones arancelarias y el menor gasto de los consumidores refuerzan la necesidad de mantener la acomodación monetaria. Con un crecimiento del PIB previsto que se desacelerará al 1,7% en el tercer trimestre de 2025 y al 0,6% en el cuarto trimestre de 2025, la flexibilidad de política resulta clave para sostener la actividad económica. Las nuevas proyecciones del "dot plot" de la Fed confirman las expectativas de una senda gradual hacia un terreno neutral, en lugar de niveles claramente acomodaticios, lo que representa una gestión prudente del riesgo en un entorno macroeconómico complejo.
Este marco acomodaticio hasta 2030 expresa el compromiso de la Fed con el equilibrio entre los objetivos de empleo y la estabilidad de precios, reconociendo que los riesgos a la baja en el mercado laboral exigen una relajación mesurada pero firme.
Según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso y la Reserva Federal, la inflación se moderará de forma significativa en los próximos años, alcanzando el objetivo del 2% de la Fed en 2027 y manteniéndose estable hasta 2030. Las previsiones económicas actuales apuntan a un descenso gradual de los índices de inflación durante varios trimestres.
| Año | Inflación PCE proyectada | Objetivo Reserva Federal |
|---|---|---|
| 2025 | 3,0% | 2,0% |
| 2026 | 2,6% | 2,0% |
| 2027 | 2,0% | 2,0% |
| 2030 | ~2,2% | 2,0% |
La CBO pronostica que, conforme la inflación se modere, la Reserva Federal continuará recortando tipos, y se espera que los rendimientos de las letras del Tesoro a tres meses bajen desde el 5,0% en 2024 hasta el 3,2% en 2028. Esta presión deflacionista se debe tanto a los ajustes de política monetaria como a la moderación de la demanda en la economía. Aunque los aranceles pueden provocar presiones temporales al alza sobre la inflación subyacente en la segunda mitad de 2025, las tendencias económicas de fondo impulsan la convergencia hacia el objetivo del 2%. Estas proyecciones reflejan el consenso de las principales instituciones económicas, como J.P. Morgan Global Research y el Fondo Monetario Internacional, lo que refuerza la confianza en la estabilidad de precios a largo plazo hasta 2030 y más allá.
La evidencia histórica muestra una relación inversa entre la incertidumbre macroeconómica y la volatilidad en los mercados bursátiles. Cuando disminuye la incertidumbre política y se estabilizan las previsiones económicas, los inversores tienden a asumir menos riesgo, lo que reduce la turbulencia en la renta variable.
Los estudios señalan que los indicadores de incertidumbre macroeconómica latente tienen un impacto duradero y relevante sobre la volatilidad del mercado bursátil estadounidense, por encima de los indicadores observables. En fases de menor incertidumbre, los mercados suelen estabilizarse gracias a una mayor confianza inversora y a una visión económica más clara.
Las perspectivas para 2025 ilustran esta dinámica. Los sólidos fundamentales, los recortes de tipos previstos por la Reserva Federal (dos o tres a lo largo del año) y las expectativas de inflación contenida favorecerán la estabilidad del mercado y la reducción de la volatilidad. El análisis indica que, si se evitan sorpresas políticas o geopolíticas relevantes, las acciones históricamente tienden a avanzar hacia nuevos máximos casi sin obstáculos.
Las previsiones de las principales instituciones financieras sugieren que, aunque los escenarios de crecimiento económico lento puedan provocar episodios de volatilidad temporal en la segunda mitad de 2025, la normalización progresiva de las incertidumbres permitirá una recuperación a largo plazo. Los datos de rendimiento de activos en 2024 avalan este patrón: las acciones estadounidenses de gran capitalización subieron un 25%, los bonos estadounidenses de alto rendimiento crecieron un 8,2% y la renta variable de mercados emergentes avanzó un 7,5%, evidenciando la resiliencia del mercado cuando se estabilizan las condiciones macroeconómicas.
Esta relación se mantiene constante: a medida que la incertidumbre disminuye por la claridad política y la estabilización económica, la volatilidad bursátil baja sistemáticamente, generando así condiciones favorables para la participación sostenida de inversores y la apreciación del capital en carteras diversificadas de renta variable.
Sí, las monedas de $1 tienen su valor nominal de $1. Algunas pueden tener valor como objeto de colección debido a diseños especiales o años de acuñación concretos, pero la mayoría circula a valor nominal.
Sí, ciertas monedas de 1 pueden ser valiosas. Ejemplares históricos raros como el Flowing Hair Silver Dollar de 1794 pueden alcanzar millones. Sin embargo, la mayoría de las monedas comunes de 1 apenas tienen valor.
En diciembre de 2025, 1 COIN vale aproximadamente $0,0005816 USD. Este precio varía según las condiciones de mercado.
La moneda redonda de £1 perdió su estatus de curso legal el 15 de octubre de 2017. No obstante, aún puede depositarse en cuentas bancarias.
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