Las stablecoins, posiblemente, son la pieza clave en esta revolución de las criptomonedas.

Todavía resuena en los oídos aquella frase del senador estadounidense Bill Hagerty: "Nos estamos encaminando hacia la capital de las criptomonedas". En julio de este año, Trump firmó la "Ley de Orientación y Establecimiento de la Innovación Nacional en Stablecoins de EE.UU."—esto significa que las stablecoins han entrado oficialmente en el punto de mira de las finanzas tradicionales, dejando de ser experimentos en una zona gris.

Casi al mismo tiempo, Hong Kong puso en marcha el 1 de agosto la "Ordenanza de Stablecoins". Es la primera región del mundo en establecer un marco regulatorio completo para las stablecoins respaldadas por moneda fiduciaria; su sistema de licencias abierto permite a los emisores elegir libremente la moneda de referencia.

Aún más interesante es el movimiento de los gigantes de las finanzas tradicionales: Citi, J.P. Morgan, Standard Chartered... Más de 10 bancos de importancia sistémica global ya han empezado a posicionarse discretamente en el negocio de las stablecoins.

El viento regulatorio ha cambiado

¿Recuerdas hace unos años? Los reguladores de todo el mundo básicamente adoptaban una postura de "no lo entendemos + no nos atrevemos a tocarlo" frente a las criptomonedas. Pero ahora, la actitud ha dado un giro de 180 grados.

El Congreso de EE.UU. aprobó la ley de stablecoins con una mayoría abrumadora; el requisito central es muy sencillo: por cada stablecoin de 1 dólar emitida, debe haber activos seguros y altamente líquidos de valor equivalente como respaldo. Esto supone trazar una línea roja clara para la emisión de stablecoins y da al mercado unas reglas de juego definidas.

La declaración del Secretario de Finanzas de Hong Kong, Paul Chan, también fue muy directa: la "Ordenanza de Stablecoins" establecerá un sistema de licencias para los emisores de stablecoins respaldadas por moneda fiduciaria, y además será un modelo abierto—esto significa que diferentes monedas fiduciarias podrán participar.

Lo más sorprendente, en realidad, es la Reserva Federal. En agosto de este año, la Fed detuvo directamente el estricto programa regulatorio implementado durante la era Biden que regulaba la participación de los bancos en actividades relacionadas con criptomonedas.