**¿Recuerdas aquel colapso que sumió a todo el criptomercado en un invierno?**

Febrero de 2014. Una plataforma de intercambio cuyo nombre resonaba en todo el mundo cerró de repente. 850.000 bitcoins, evaporados.

¿Te haces una idea? Más del 6% del total en circulación en toda la red en aquel momento, desapareció de golpe. El día que salió la noticia, el precio de BTC se desplomó en picado y muchas personas vieron su cuenta quedarse a cero de la noche a la mañana.

Lo más aterrador fue el resultado de la investigación:

No fue ningún ataque relámpago de hackers de alta tecnología. Era que la plataforma llevaba años plagada de agujeros y nadie los tapaba. ¿"Cold wallets", "multifirma"? Una broma. Las monedas llevaban siendo saqueadas poco a poco mucho antes, mientras el sistema seguía funcionando como si nada y los usuarios sin enterarse.

**Esto destapó una verdad sangrante:**

Por grande que sea una plataforma, puede caer de un día para otro. Por brillante que parezca un proyecto, puede ser una bomba de relojería. Si pones todos tus bienes en una sola cesta, estás dejando tu destino en manos de la integridad de otros.

Lo único que realmente protege tu patrimonio nunca ha sido la promesa de una plataforma:
- Diversifica el almacenamiento de tus activos
- Controla tus propias claves privadas
- Aléjate de los cuentos de enriquecimiento rápido
- Mantén un juicio independiente y lúcido

La historia no se repite exactamente igual, pero siempre vuelve disfrazada. Cada nueva crisis te lo recuerda: arriesgar está bien, ¿pero apostar a ciegas? Eso es regalar tu dinero.

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