Recientemente he visto una afirmación bastante exagerada: basta con que las instituciones estén dispuestas a recortar entre un 1% y un 5% de sus posiciones en oro e invertirlo en Bitcoin, para que el precio de BTC se dispare directamente hasta los 130.000 o incluso 240.000 dólares.

Suena bonito, pero ¿realmente es factible?

**Sobre el papel, la teoría cuadra**
El tamaño total del mercado del oro está ahí: alrededor de 20 billones de dólares. Comparado con esto, el mercado de Bitcoin es una piscina pequeña. Si lo miramos proporcionalmente, con que una pequeña parte del oro “gotee” hacia BTC, podría levantar un auténtico tsunami. Desde una perspectiva puramente matemática, que el precio suba hasta seis cifras no es ningún sueño imposible.

**Pero la realidad no es una hoja de Excel**
Esta lógica tiene un fallo fatal: se basa en el supuesto de un mundo perfecto.

¿Qué es un mundo perfecto? Que los fondos se puedan transferir sin fricciones, que la profundidad del mercado sea infinita, que el sentimiento nunca fluctúe y que los reguladores miren para otro lado. Pero en el mercado real, cuando empiezan a moverse grandes cantidades de dinero, enseguida se desencadenan reacciones en cadena: la liquidez se seca, la volatilidad se dispara y los minoristas salen huyendo en pánico. Incluso puede ocurrir que cuanto más dinero intente entrar, más se atasque todo.

Es como intentar desviar todos los coches de una autopista hacia un camino rural: en teoría, los coches pueden pasar, pero en la práctica se convierte en un aparcamiento.

**Espacio teórico ≠ Guía práctica**
Este tipo de análisis es más bien un ejercicio mental que muestra “qué pasaría si todo sale bien”, no “lo que probablemente ocurrirá”. Su valor está en ayudarte a entender dónde está el techo potencial del mercado, pero desde luego no es una señal para ir all-in.

El dinero que realmente se gana en el mercado no está en las fórmulas de las presentaciones de otros, sino en la lucha diaria entre compradores y vendedores. Esos cálculos espectaculares suelen ser, más bien, herramientas narrativas para generar ansiedad y despertar FOMO.

**Sé realista**
La lógica para construir una posición debería basarse en los flujos reales de capital y en la estructura real del mercado, no en algún cálculo teórico deslumbrante. Al fin y al cabo, por mucho que un cohete vuele rápido en el vacío, cuando entra en la atmósfera, acaba hecho cenizas igual.