La mayor gestora de activos del mundo acaba de publicar su perspectiva de inversión para 2026, poniendo sobre la mesa varias tendencias clave: la inteligencia artificial, la geopolítica y las stablecoins están reconfigurando las reglas del mercado a una velocidad inimaginable.

Empecemos por la IA. Ya no estamos en la fase de especulación conceptual, ahora es dinero real el que está impulsando la subida de las bolsas estadounidenses. ¿Dónde está el problema? En el desfase temporal entre la inversión y el retorno. Construir centros de computación, comprar chips, montar infraestructuras... el dinero se invierte primero, pero los beneficios pueden tardar tres o cinco años en verse. Esta “inversión de ciclo largo” ha convertido el mercado en el terreno de juego de las tecnológicas, mientras que el resto de los sectores, de momento, solo pueden quedarse a un lado.

Sin embargo, este informe aporta otra perspectiva: cuando los beneficios generados por la IA empiecen a extenderse a toda la industria, surgirán oportunidades para la gestión activa de carteras. Una predicción aún más atrevida es que, en 2026, la inversión relacionada con la IA podría llevar el crecimiento económico de Estados Unidos a triplicar la media histórica. Incluso si el mercado laboral se enfría, la economía podría seguir creciendo.

El tema de las stablecoins es aún más interesante. El informe considera que las stablecoins ya han empezado a erosionar el negocio de depósitos de la banca tradicional. Si la regulación se flexibiliza un poco más, incluso el mercado de préstamos podría verse afectado. En algunos mercados emergentes, las stablecoins cumplen directamente parte de las funciones de la moneda local, ayudando a expandir la influencia del dólar y aumentando la presión sobre los bancos centrales locales. No se trata solo de monedas digitales, sino de una verdadera competencia en infraestructura financiera.

En cuanto a estrategia de inversión, esta gestora lo tiene claro: apostar a largo plazo por la IA y la construcción de infraestructuras; a corto plazo, posicionarse en tecnológicas estadounidenses y deuda de mercados emergentes; el oro es solo una herramienta de cobertura puntual.

¿Es esta ola de alta inversión en IA una verdadera oportunidad o la antesala de una burbuja? ¿Podrán las stablecoins realmente desafiar la posición de la banca tradicional?