2025 está a punto de presenciar algo salvaje en el frente del Tesoro. Nos enfrentamos a aproximadamente 9,2 billones de dólares en deuda estadounidense que vence—eso es una cuarta parte de toda la pila de $36 billones. Y aquí viene lo interesante: más de la mitad de ese volumen de vencimientos, entre el 55% y el 60%, llega solo en los primeros seis meses. ¿La presión de refinanciación? Absolutamente enorme. Piensa en lo que sucede cuando el Tío Sam tiene que renovar semejante cantidad de papel en un periodo tan reducido. Preocupaciones de liquidez, volatilidad de tipos, posible contagio a los activos de riesgo—todo está sobre la mesa. No es un problema lejano. Ocurrirá en el primer semestre de 2025, y el reloj ya está corriendo.