#数字货币市场洞察 El mes pasado presencié un caso bastante interesante.

Un recién llegado a mi círculo, con mil trescientos dólares, quería probar suerte con los contratos. De esos que tienen que preguntar tres veces dónde está el botón para abrir una orden. Lo que más temía era perder el dinero con un solo movimiento en falso.

No le animé a perseguir esas altcoins que se disparan, ni le incité a ir all-in. Solo le di un consejo: no tengas prisa por ganar, aprende primero a no perder.

Dieciséis días después, la cifra de su cuenta subió a ocho mil, y en menos de un mes superó los veinte mil. La clave: ni una sola liquidación.

¿Muchos pensarán que es suerte?

En realidad, solo hizo bien tres cosas.

**El dinero hay que repartirlo**

Divide el capital en tres partes. Una tercera parte para intradía, vigilando las monedas principales y cogiendo movimientos de tres a cinco puntos, recogiendo beneficios en cuanto los ve. Otra tercera parte para posiciones a medio plazo, entrando solo cuando la oportunidad sea clara, y manteniéndose tres o cinco días. ¿La tercera parte restante? Que duerma en la cuenta, reservada solo para cuando llegue la oportunidad perfecta.

He visto demasiada gente entrar con todo, disfrutando cuando sube, pero sin poder recuperar ni el capital cuando baja. Con poco dinero, el objetivo es sobrevivir.

**No te metas a pelear en el barro**

El mercado pasa el 70% del tiempo lateral, sin rumbo claro. ¿Operar mucho en esos momentos? Eso es regalarle comisiones a la plataforma.

Las verdaderas oportunidades llegan solo cuando el mercado marca tendencia. Si no ves claro el rumbo, mejor descansa y espera a señales sólidas antes de entrar. ¿Ganaste un 12%? Mete la mitad en el bolsillo, mejor asegurado que en el aire.

**Controlar las emociones es fundamental**

No dejes que la codicia te domine, no actúes por impulso, y olvídate de los sueños de hacerte rico de la noche a la mañana.

Antes de cada entrada, fija tu stop-loss y tu objetivo. Haz que estas reglas sean tan naturales como respirar, no algo que decides “según veas”.

Para convertir un pequeño capital en algo mayor, no hace falta ser un adivino. Solo hay que repartir bien el dinero, seguir la tendencia correcta y mantener la disciplina. Si sigues este método, hasta unos pocos miles pueden convertirse poco a poco en un capital decente.