¿Te has dado cuenta de una de las maldiciones más crueles y reales del mundo cripto? Cuanto peor está el mercado, más fuerte es la tentación de irse, pero justo en el momento en que te mueres de ganas de borrar la app y venderlo todo, la oportunidad ya está esperándote en la puerta. Solo tienes que mirar los últimos datos de sentimiento del mercado para ver que ahora mismo el número de “personas que quieren huir del cripto” ha alcanzado un máximo histórico. No te asustes, esto no es una mala noticia para desesperarte: el mercado está gritando a pleno pulmón que la oportunidad está cerca, ¡el suelo está justo delante de ti!

Muchos creen que “quieren huir” porque el mercado está fatal, pero la verdad es que el mercado no se ha hundido, eres tú quien no puede aguantar más. ¿Te pasa esto ahora mismo? ¿Tus emociones están al límite y cualquier movimiento te saca de quicio? ¿Tu mentalidad se ha roto y ni te atreves a mirar tus monedas atrapadas? ¿Se ha derrumbado tu fe y piensas que nunca volverá el mercado alcista? ¿Ya perdiste la última pizca de paciencia y olvidaste tu plan de inversión? ¿Las pérdidas te ahogan y cada vez que ves los números de tu cuenta te duele más? ¿Las velas del gráfico te dejan sin aliento, las verdes parecen efímeras y las rojas, cascadas? Llevas mucho tiempo en este mundillo, ¿cuántas veces has visto esta escena? Cada vez que, con el pensamiento de “si no vendo ahora, me quedo a cero”, te preparas para vender en pérdidas, es justo cuando el mercado está a punto de darse la vuelta.

Si abres los comentarios, solo verás lamentos: “Cansado, de verdad, estoy cansado”. Piénsalo bien, ¿de verdad la gente se va por una caída del 10%? No. ¿Se rinden con una corrección del 30%? Tampoco. Lo que realmente te destroza es un mercado lateral y agotador. Ese mercado que “cae todos los días pero nunca termina de caer; rebota a veces, pero enseguida vuelve a lo mismo”, ese suplicio es la marca de la fase de acumulación. No es que el mercado esté tan mal, es que los grandes sólo quieren desgastarte: te machacan hasta que no te queda genio, ni ánimo, ni esperanza; hasta que piensas que “mantener es un suplicio”; hasta que entregas tus monedas por tu propia voluntad.

Recuerda esto: el giro no llega cuando lo entiendes, sino justo cuando no lo entiendes; el mercado no sube cuando quieres comprar más, sino cuando quieres salir corriendo. Cada sensación de “querer huir” que tienes ahora no es un peligro, sino una señal fortísima de que el mercado está a punto de arrancar.